miércoles, 12 de marzo de 2014

Capítulo 1 & 2

Capítulo 1
Ese capítulo es una aclaración por parte del ‘autor’ acerca de las condiciones en las que escribió el resto del libro, ésta  contextualiza al lector de una forma beneficiaria para un mejor entendimiento de la lectura. Él habla de cómo y por qué decide escribir el libro: Mientras se encontraba en Colombia decidió cambiar sus métodos de entendimiento de la historia, y más que el método de estudiar y leer, entendió que la mejor forma de entender a las personas no era estudiándolas sino escuchándolas. Es ahí cuando empieza sus viajes y sus charlas con diferentes personas que es la actualidad del libro se estaban viendo afectadas por la violencia en Colombia, y que en consecuencia tenían que desplazarse. Luego comenzó a escribir en el periódico El espectador, pero fue justamente el que se expresara y comentara tan a fondo temas tan delicados como lo son la violencia en Colombia, lo que lo pusieron en peligro. Recibió amenazas por escrito y serias. Una vez que esto fue conocido públicamente, el estado le hizo recomendaciones de que sería mucho mejor para su seguridad si tenía guardaespaldas, si andaba en camioneta blindada, entre otras sugerencias, pero claro, el estado no pagaría nada. La embajada Española, ubicada en Colombia, ya le había ofrecido protección y viabilidad para que se estableciera en España, así que finalmente decidió exiliarse. Se ubicó en Barcelona, y aunque fue difícil para él  seguir escribiendo lejos de su patria y acerca de la misma, ya que no le daba el mismo sentido a sus escritos, llegó a la conclusión definitiva y concreta que la única manera de que él – y muchos más- pudieran volver a Colombia y no sentir miedo, sería que aunque los tiempos fueran difíciles, un diálogo justo, democrático  y con el pueblo por encima de todo sería  la única solución en esos momentos, y que esto, junto con más cosas, eran mil veces mejores que la guerra, cierra el capítulo sentenciando: ‘’la guerra no tendría resultado distinto a la dictadura de los vencedores’’  

Capítulo 2.
En el capítulo dos el autor se centra en contar una historia, que demuestra cómo un grupo de personas se ve afectado por la violencia que se da en territorios Colombianos. La historia transcurre alrededor de La Boca del Cajambre, que es un puerto escondido en un manglar de la Costa Pacífica colombiana. Se cuenta cómo y por qué Diego deja su casa y se va a la Boca del Cajambre a vivir allá, al lado del mar. Luego conoce a Aníbal, un ex–chofer que llegó allá una mañana y que iba a quedarse, al comienzo ni se hablaron, pero luego se volvieron muy amigos y compañeros de vivienda. Tiempo después es cuando llegan María José y Ramón. También se quedan, y la relación entre los cuatro es de pura armonía. Una tarde llegan 19 guerrilleros, quince hombres y cuatro mujeres, en esa visita no pasa nada, pues simplemente les avisa que se iban a ver muy seguido por la región y que lo único que no aceptaban eran los sapos. No volvieron a saber de ellos hasta el 24 de Diciembre, para entonces sólo fueron cinco guerrilleros, cuatro hombres y una muchacha. Se pasaron una parte de la noche bebiendo, luego los guerrilleros se fueron y los ‘habitantes del manglar’ se quedaron en esas. El 7 de Enero, los perros amanecieron envenenado, y el al día siguiente Diego les contó que hacia las nueve de la noche un grupo armado había llegado y que Anibal, pensando que eran los de la guerrilla, los había saludado, pero aquellos no eran de la guerrilla. Le dispararon tres tiros en la cara por ‘cobrarle sus fiestas con esos bandoleros’. A Diego -se puede inferir que a los otros también- , lo dejaron vivo, supuestamente para que la noticia se regara. María José salió corriendo para el pueblo más cercano que encontró y allí pidió ayuda a los policías pero estos ya estaban enterados de lo que había pasado y se negaron a hacer algo al respecto, luego fue a donde el cura, y éste le dijo que tampoco podía hacer algo, pues no eran las condiciones adecuadas y además esa noche llegaban los reyes magos. Finalmente María José se encuentra con Celestino, el loco del pueblo, y éste se ofrece a cantarle los alabados a Aníbal. Sólo consiguen una mesa de billar para poner el cuerpo de Aníbal y Celestino le canta los alabados toda la noche, mientras Diego y Ramón beben. Al siguiente día lo metieron en un bote y lo lanzaron al mar. Después María José cogió camino sin mirar atrás. 

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